El Equipo responsable de la capacitación para el Ministerio Juvenil ha organizado un encuentro presencial en el fin de semana del 30 de octubre al 1 de noviembre de 2020. Pese a las adversas circunstancias que conlleva la actual pandemia, la invitación tuvo gran acogida entre los quince jóvenes, quienes desde diferentes localidades de Alemania se dieron cita, en las instalaciones del albergue juvenil Sonnenau en Vallendar-Schönstatt, para participar de este curso de formación de líderes-animadores juveniles. El hecho de respetar las medidas de seguridad, tales como, el uso de mascarilla en todo momento y la distancia física de metro y medio no han sido impedimento alguno para acercarnos unos a otros como hermanos en Cristo, compartiendo la mesa en los instantes de pausa, escuchándonos atentamente en nuestras experiencias y presentaciones, participando en las dinámicas recreativas al aire libre y uniéndonos en los momentos de meditación y en las horas eucarísticas. La convivencia ha despertado distintas emociones en los participantes, quienes ansiados de la Palabra del Señor han sido fortalecidos y renovados con su Espíritu vivificador. Algunos en busca de otros jóvenes en la misma situación de encierro, luego de un largo período de aislamiento, han podido encontrar en los demás compañeros una charla fraterna o una palabra de aliento o motivación para el regreso a sus realidades, así como la posibilidad de interactuar con quienes comparten nuestra misma fe y nuestra misma devoción que nos identifican al ser cristianos. Otros participantes, cuyo entorno contaminado por el ruido o los problemas mundanos, han podido poner pausa a su cotidianidad para hallar el sosiego y la tranquilidad en los ratos de contemplación y la oración colectiva. Sea cual fuera el motivo o la expectativa que a cada uno lo incentivó a acudir al llamado de Dios, la experiencia ha sido gratificante y variada desde lo espiritual hasta lo científico en cuanto a los conocimientos adquiridos.
Asimismo, los temas presentados han servido como inspiración para que sean implementados en los respectivos grupos y comunidades. También ha sido la ocasión para conocer las dificultades que padecen algunas comunidades de habla hispana, especialmente en el lado oriental del país donde algunas de ellas no disponen de un sacerdote para oficiar las misas y a causa de las barreras del idioma no tienen la posibilidad de una eucaristía dominical, como quizá algunos estamos acostumbrados semanalmente. En este sentido, el encuentro de formación ha posibilitado el ofrecimiento de apoyo tanto moral como logístico para tomar iniciativas al respecto en tierras donde el hambre de fe y la búsqueda del Señor no corresponden al pan de cada día y la situación del migrante es muy desafiante sin una comunidad que nos respalde y conforte en momentos de necesidad.
A pesar de tratarse de un proyecto todavía incipiente y haber contado hasta el momento con dos ediciones presenciales, tiene un gran potencial y una buena base para capacitar a aquellos que requieran de una guía espiritual y formativa para poder hacer llegar el mensaje de Cristo a los que esperan y desean recibirlo. La incertidumbre de la pandemia ha obstaculizado la organización y el desarrollo de nuevos talleres, sin embargo, a lo largo del presente año se han llevado a cabo encuentros virtuales por plataformas como Zoom para mantener esa constancia y colaborar activamente con la transformación del mundo. El encuentro del fin de semana no ha sido la excepción y prueba de ello son las reacciones jubilosas de los participantes que han salido renovados de energía y que, al igual que yo, seguro se apuntarían a una nueva entrega de estas capacitaciones sin pensárselo dos veces. Jesús siempre nos espera con los brazos abiertos y cada día nos demuestra que Él vive en nosotros y nos quiere vivos para actuar como agentes del cambio dentro de la Iglesia, ya sea en Alemania o en el resto del mundo, teniendo como instrumento principal nuestra juventud y nuestras ganas para forjar un buen futuro desde la plenitud de nuestro presente.
Muy cordialmente,
Mateo Puente